El estudio Trabajadores indígenas en Guatemala, publicado por ASIES en 2022, evidencia que en el mundo del trabajo del país hay una precariedad que golpea con mayor dureza a los indígenas. Esta situación se agrava cuando se trata de mujeres indígenas residentes en el área rural.
De forma lamentable, esta precariedad se extiende a diversas variables. A continuación mencionaremos algunas, pero puedes profundizar en el estudio que aborda las condiciones laborales de los grupos vulnerables, en nuestra biblioteca virtual: https://bit.ly/3GjZckR
Es interesante saber que del total de asalariados, sólo el 31 % está afiliado al seguro social. Pero de este porcentaje, solo el 13 % son indígenas.
De igual forma, es impactante conocer que la jornada de trabajo para los trabajadores indígenas puede extenderse más allá de las 48 horas semanales. O por lo menos, es así para un poco más de la cuarta parte de los trabajadores indígenas, datos que registró la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos de 2019. Si a esto sumamos que el 16 % labora entre 45 y 48 horas, el porcentaje de trabajadores que excede la jornada autorizada de 40 horas semanales, se acerca al 50 %.
El estudio también hace un zoom al ingreso promedio de los trabajadores indígenas. Esto evidencia que ya sea en la empresa grande o en la microempresa, el promedio que puede ganar un trabajador indígena versus uno no indígena, es sensiblemente menor.
Esta tabla ilustra algunos datos de forma sencilla:
Tipo de empresa |
Indígena |
No indígena |
Grande |
Q3,472.82 |
Q3,984.90 |
Microempresa |
Q768.97 |
Q1,132.79 |
Si se piensa sobre qué actividad económica ocupa a la mayor población indígena, se descubre que la agricultura ocupa al 43 %. En segundo lugar va el comercio, con un 23 % y por último, el 4% trabaja en la administración pública. Es en esta última en la que la preparación académica de los trabajadores muestra más avance, pues hay un alto porcentaje de trabajadores indígenas que culminaron el diversificado (16 %) y la educación superior (34 %).
Por el contrario, quienes trabajan en la agricultura o el comercio poseen un nivel educativo más bajo, o bien, no poseen estudios.
En un país como Guatemala en el que un alto porcentaje de la población se identifica como indígena, es vital trabajar para mejorar sus condiciones laborales. Y estas no hacen referencia solo al salario, sino también al acceso a la seguridad social y a la garantía de que se respetarán sus derechos laborales.
*Por Andrea Motta.