La economía nacional estaría teniendo en 2001 el peor crecimiento en el PIB desde 1996 -3.0 por ciento-. El pobre rendimiento del IMAE y las pesimistas expectativas empresariales así lo evidencian, y de ello se derivaría la aparente decisión del BANGUAT de reconocer por segunda vez una estimación hacia la baja de las expectativas de crecmiento del PIB, cuyas cifras pasaron de 3.9 por ciento al inicio del año a 3.2 por ciento con el análisis del primer cuatrimestre y que actualmente estarían siendo revisadas por niveles debajo del 3.0 por ciento. Las razones tanto internas como externas, han tenido facetas diversas. En el plano interno destacan los problemas financieros, los cuales representaron una pérdida del PIB y presiones sobre la conducción de la política monetaria. Los meses de incertidumbre en el plano tributario, con su conclusión a través de un paquete impositivo aprobado en forma unilateral por la bancada del FRG, tampoco han contribuido a estimular la economía. La falta de transparencia en el manejo del gasto público no ha ayudado a lanzar señales de certeza ni al inversionista nacional o extranjero ni al contribuyente.
