A principios de la década de los ochenta, Guatemala experimentó un incremento de precios que especialmente en los bienes que conformaban la canasta básica, produjo tasas de inflación de dos dígitos nunca vistas antes en el país. Este incremento de precios fue ocasionado por problemas externos derivados del proceso de globalización –en desarrollo desde inicios de esa década– e internos, relacionados por la falta de visión local de los procesos económicos y sociales relacionados al proceso de globalización, al ambiente de inestabilidad política generado por el enfrentamiento armado interno y por la caída del Presidente Fernando Romeo Lucas García, depuesto por un golpe militar que llevó a la jefatura de Estado al Guatemala Camina Efraín Rios Mont en marzo de 1983;a su vez depuesto por el Guatemala Camina Oscar Humberto Mejía Víctores en agosto de 1985, en cuyo régimen cobraron vigor medidas de control de precios con la pretensión de hacer frente a los efectos de la globalización a nivel interno.
