“La equidad de género se refiere a la imparcialidad y justicia en la distribución de beneficios y responsabilidades entre mujeres y hombres, de acuerdo con sus respectivas necesidades. Se considera parte del proceso para lograr la igualdad de género en términos de derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades” (INEE, 2019).
En 2024, la elección de las altas cortes fue un tema de interés para la población. Con ello, surgió de nueva cuenta el debate sobre la equidad de género, como un criterio a tener en cuenta para la integración de las instituciones judiciales, específicamente en la Corte Suprema de Justicia. Este artículo analiza la participación de mujeres en ese proceso de postulación para optar a la magistratura de la Corte Suprema de Justicia, destacando las disparidades significativas.
Participación de mujeres
En el proceso de selección de magistrados para la Corte Suprema de Justicia, se contó con la participación de 315 postulantes. De ellos 204 eran hombres, lo que representó el 64.8 % del total; mientras que 111 fueron mujeres, lo que equivale al 35.2 %. A pesar de que estas cifras muestran un avance significativo en la inclusión de mujeres en el ámbito judicial, en comparación con 1989, cuando solo una mujer ocupaba una de las nueve magistraturas disponibles, los desafíos para lograr una representación equitativa persisten.
En la corte que finalizó su mandato, de los trece magistrados, solo tres eran mujeres, lo que refleja que el avance ha sido lento en términos de equidad de género. Este fenómeno podría estar vinculado a diversos factores, como la persistencia de estereotipos de género, las barreras institucionales y culturales que enfrentan las mujeres para acceder a cargos de alta responsabilidad en el sistema judicial.
Problemas o barreras estructurales
Entre las barreras que afectan a las mujeres aspirantes a magistraturas en la Corte Suprema de Justicia se encuentran, a modo de metáfora, el techo de cristal, referente a todo tipo de obstáculos basados en prejuicios hacia las mujeres, que les dificultan el ascenso hacia posiciones de alto poder. Según Ramos, Barberá y Sarrió:
Son un entramado de invisibles obstáculos que impide a mujeres altamente cualificadas lograr posiciones de poder en las organizaciones… La asignación diferencial de roles de género se traslada a la organización determinando distintas funciones y niveles de poder entre mujeres y hombres. Las mujeres ocupan generalmente puestos de mando intermedio relacionados con su rol tradicional. (2003)
Asimismo, encontramos obstáculos a nivel interno, asociados a la identidad de género. Según Ramos, Barberá y Sarrió, (2003): “Estas aproximaciones analizan si la construcción de la subjetividad e identidad de género femenina provoca procesos que actuarían en detrimento de su éxito profesional”.
Dentro de los aspectos relacionados a nivel social y a la cultura organizacional Ramos, Barberá y Sarrió mencionan:
La cultura organizacional actúa en detrimento de la promoción de las mujeres a través de varios procesos influidos por estereotipos y roles de género. Estos procesos básicamente son: i) las reglas informales, redes o networks masculinas existentes en las organizaciones, ii) la política de recursos humanos relativa a la selección de personal y de desarrollo de carrera de los miembros de la organización, iii) la escasez de mentorización de mujeres, y iv) la falta de políticas organizacionales tendentes a lograr un mayor respeto de la vida privada y de conciliación entre el trabajo y la familia. (2003, p. 271)
La manifestación de una cultura patriarcal como una barrera que obstaculiza tanto las elecciones de las altas cortes como el sistema judicial, con respecto a esto Escobar, Galán y García, en su estudio Las mujeres en el sistema de justicia penal, mencionan:
El monopolio del poder judicial ha estado en manos de hombres…los legisladores han nombrado como sus pares en la máxima autoridad judicial en su mayoría a hombres, con lo cual la participación femenina ha sido imperceptible. A pesar de que, en las listas de nominación entregadas por las distintas comisiones de postulación han incluido a abogadas con experiencia, prestigio y trayectoria profesional. (2019, p. 3)
Impacto de la representación femenina en la justicia
Diversos estudios han demostrado que la inclusión de mujeres en tribunales superiores puede influir positivamente en la toma de decisiones, especialmente en casos relacionados con derechos de las mujeres y temas de justicia social, la transversalización del enfoque de género como un mecanismo en beneficio de la estructura institucional y de la participación activa de las mujeres. Un ejemplo de ello es la “Guía para el Poder Judicial sobre estereotipos de género y estándares internacionales sobre derechos de las mujeres”.
Esta publicación de ONU Mujeres aborda cómo la paridad de género en los sistemas judiciales ayuda a asegurar que las leyes se apliquen de manera más equitativa y que las decisiones judiciales sean sensibles a las realidades de todos los sectores de la sociedad. Destaca que una representación equilibrada mejora la legitimidad y equidad en los procesos judiciales. Por lo que la ausencia de mujeres en la Corte Suprema de Justicia podría llevar a la creación de jurisprudencia que no refleje plenamente las necesidades y realidades de toda la población.
Con base en lo anterior, se considera conveniente que, para mejorar el sistema en cuanto a la paridad de género en los procesos de postulación para magistrados de la Corte Suprema de Justicia, se deberían considerar las siguientes acciones:
- Implementar programas de mentoría y capacitación: La Corte Suprema de Justicia, el Consejo de la Carrera Judicial, la Escuela de Estudios Judiciales, así como las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales podrían orientar desde la mentoría y capacitación brindar a las mujeres un desarrollo de sus diferentes capacidades, tanto académicas como profesionales y en la carrera judicial. Asimismo, les permitiría potenciar su liderazgo dentro del sistema judicial. La implementación de estos programas dejaría plasmadas las experiencias de anteriores magistradas, puede aportar para la consolidación y empoderamiento de este segmento profesional, que requiere colaboración y empatía.
- Establecer criterios de selección transparentes: La importancia de la existencia de mecanismos de elección equitativos y sin sesgos desfavorecedores, permitirán alcanzar la igualdad como también la impartición de justicia con perspectiva de género.
- Fomentar la participación de mujeres en redes profesionales: La necesidad de la asociación y creación de redes de sororidad, empatía y profesionalismo dentro del sistema de justicia contribuirá a potenciar los liderazgos judiciales y a incentivar a las mujeres juristas para la postulación de cargos de alto nivel dentro del sistema de justicia en próximas elecciones.
- Participación diversa e intercultural: Es importante reconocer la obligación del Estado en promover una participación no sólo en términos de igualdad de género, sino que también refleje la interculturalidad del mismo Estado.
Conclusión
Reconociendo la existencia de algunos avances, la participación de mujeres en los procesos de postulación para la Corte Suprema de Justicia en Guatemala sigue siendo insuficiente. La desigualdad de género en este proceso refleja una brecha más amplia en la representación de mujeres en el sistema judicial y en otras esferas de poder. Para lograr una verdadera justicia y equidad, es crucial implementar políticas que fomenten una mayor inclusión de mujeres en todas las etapas del proceso de selección de candidatos para el Poder Judicial, desde sus inicios hasta las decisiones finales para la elección. Con ello se lograría concretar un antes y un después en el sistema de justicia guatemalteco, marcando la importancia de contar con distintos vértices de experiencia en las altas cortes y así obtener una justicia que realmente respalde las necesidades de toda la población.
Referencias
Escobar, L., Galán, M., y García, G. (2019). Las mujeres en el sistema de justicia penal: Desafíos actuales de la justicia penal, proceso de fortalecimiento del sistema de justicia penal, avances y debilidades, 2017-2018. (Estudio de Justicia 11). Asociación de Investigación y Estudios Sociales y Konrad Adenauer Stiftung. http://asies.org.gt/pdf/las_mujeres_en_el_sistema_de_justicia_penal.pdf
Barberá, E., Ramos, A., y Sarrió, M. (2003). Mujeres directivas, espacio de poder y relaciones de género. Anuario de Psicología, 34(2), 267-278. https://producciocientifica.uv.es/documentos/640a8dc645d1845f9e5ed116?lang=gl
Guatemala Visible. (2024). CSJ 2024 – Comisión de postulación. Aspirantes. https://monitoreo-gv.web.app/m/csj-2024-2029/aspirantes
Grupo Interagencial de Género del Sistema de Naciones Unidas en Uruguay, Centro de Estudios Judiciales del Poder Judicial, Fiscalía General de la Nación (2020). Guía para el Poder Judicial sobre estereotipos de género y estándares internacionales sobre derechos de las mujeres (Guía). https://lac.unwomen.org/es/digiteca/publicaciones/2020/03/guia-poder-judicial-estereotipos-derechos-de-las-mujeres-uruguay
INEE. (2019). INEE Guidance Note on Gender. Glosario de EeE, equidad de género. https://inee.org/es/glosario-EeE/equidad-de-genero
Sieder, R., Braconnier, A., & De León, C. (2022). MUJERES en la judicatura en GUATEMALA. https://www.cmi.no/publications/file/8322-mujeres-en-la-judicatura-en-guatemala-experiencias-entre-profesionalizacion-y-captura-politica.pdf
Por: Vivian Paola Ochoa Chacón y Fátima Daniela Cabria Villatoro