Siglo21 Sección: Un punto de vista Página: 18
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Soluciones mágicas
La creación de una Secretaría Presidencial de la Juventud al Estado será una muestra de que el Estado reconoce la necesidad de atender a los jóvenes guatemaltecos y es imprescindible para formular e impulsar políticas públicas orientadas a dicho segmento.
Palabras más palabras menos, dijo hace unos días, en una entrevista radial, una de las promotoras de la creación de una nueva secretaría, con lo que llegaríamos a 16 secretarías presidenciales.
Un error grave, habida cuenta de los escasos recursos del Estado, y demasiado frecuente, es la insistencia de ciertos grupos que, justo es reconocer, actúan con las mejores intenciones del mundo y realmente preocupados por impulsar soluciones a problemas relacionados con ciertos sectores de población o un tema poco o mal atendido por el Estado, es proponer la creación de un ministerio o de una secretaría presidencial y, poco a poco, nos hemos llenado de secretarías y los problemas siguen igual de desatendidos.
Ante las deficiencias de los ministerios, la solución mágica es el establecimiento de una institución autónoma y descentralizada.
Otro remedio aparentemente infalible es la creación de un gabinete o de un consejo nacional, lo que lleva a la proliferación de espacios de discusión en el Organismo Ejecutivo, donde participa un número excesivo de representantes institucionales.
Esto satura las agendas de los ministros y convierte a esos foros en intrascendentes, pues el desmedido número de asistentes impide que los problemas sean discutidos a profundidad y se llega únicamente a escuchar presentaciones e informes.
Actualmente el Estado cuenta con 14 ministerios, 19 secretarías de la Presidencia y de la Vicepresidencia y alrededor de medio centenar de entidades autónomas y descentralizadas. La mayoría de esas instituciones funcionan a duras penas, debido a la crónica falta de recursos que padece el Estado.
Muchas de ellas están tocando constantemente a las puertas de los cooperantes internacionales para realizar las actividades que les competen, pues los recursos que se les asignan dentro del presupuesto solamente alcanzan para cubrir gastos de personal, materiales y servicios.
Además de la Secretaría de la Juventud, el Congreso tiene pendiente de resolver sobre la creación de un Ministerio de Desarrollo Rural y uno de Vivienda y Ordenamiento Territorial, una Secretaría Presidencial para la Competitividad, Productividad e Inversiones y de un Instituto para la Competitividad, la Productividad, las Inversiones, las Exportaciones y el Turismo.
También se ha propuesto convertir en instituciones autónomas las direcciones de Migración y del Sistema Penitenciario, entre otras.
Al contrario de crear más ministerios, secretarías, consejos, gabinetes y entidades, lo recomendable es reducir el número de esas entidades, para simplificar la administración pública, disminuir el costo de funcionamiento y liberar recursos para atender efectivamente los problemas que afectan a determinados sectores o las competencias esenciales del Estado.
Pero, ¿de qué sirve tener un Ministerio de Desarrollo Rural y uno de Agricultura, si no es posible implementar un buen sistema de extensión rural y un programa de apoyo a la agricultura campesina, con personal calificado y recursos suficientes?
¿De qué sirve una Secretaría de la Juventud, si no se puede ofrecer a los jóvenes oportunidades de educación que les permitan insertarse favorablemente en el mercado de trabajo y más de la mitad de los adolescentes que concluyen el ciclo básico no pueden ingresar al diversificado?